martes, 12 de junio de 2007

diente.hilo.picaporte.portazo

voy a bajar esto al papel antes que las manos tiemblen mas y me dejen hoy para siempre sin posibilidad. no me permite dormir imaginar un despertar, el de quien porta el nombre que no he de mencionar, contra la blanca blanca piel que se encontraba al final del hilo que acogota mi alma. no digo el nombre y no puedo verlo. y si lo hago he de mirarlo como quien mira dentro de un frasco, cuyo contenido una mano mas audaz que la mia ha robado. tambaleo una mañana ante el umbral de su hogar, no por casualidad me ha hecho el café vagar, el café y el aroma a amable amanecer. añoro aquel beso del aliento de una taza tibia, que reemplacé por el sorbo de la extensión de mi mano. Doy un trago y me deshago, mirando a la gente mirar, y ya no soy realmente deseado en ningún lugar, pero dejo un legado y el pasto muere en torno a mí a medida que lo hago. Mi odio trepa los muros como enredadera. Mi odio trepa tus muros como enredadera. Marca el crecer de tu primogénito en crayón, en tu pared del salón mientras pongo a tu techo una cúpula negra. El sol se oculta en el mar de mis entrañas, enciende la mecha de mis úlceras y me deposita en la terraza suavemente suavemente mientras lo dejo subir de nuevo, antes de que el mundo tema por su paradero. Y recibo su calor entero como los rayos de enero, ya usados que me vieron nacer un octubre de un vientre que nadie había violentado. primavera. si nací en la estación en la que todo florece, por qué me encuentran los años tan marchito? durmiendo en un galpón en el que intentamos vivir mis amigos y yo, porque en las noches cada uno se va a su colchón hecho una bola para escuchar un rato como los otros lloran. regamos así nuestra impotencia, por la mañana enorme ha de ser esta. una lágrima mas para poner en marcha la maquinaria del resentimiento. mis ojos al sol, los presento a ambos, la gota del sueño hace venir a los pájaros. rápido, no quiero que moje mis párpados. de mis ojos espero que hagan un bebedero. y llévenme de aquí ni bien me seque, tomen mis pestañas y llévenme hasta el puente. tengo un hilo en la mano enredado por siempre en un recuerdo pesado, enredado el otro extremo en tu pequeña mano y la cortaste para dejarme ir.
ese es tu hijo jugando. el martillo quiere sangre y es torpe su mano. bien lo sabré yo que tambien soy un clavo. quien está oxidado ha de querer compartir el daño.
su primer diente flojo ha dejado la puerta sin cerrojo. un extremo del hilo a los dientes del hijo. el otro al picaporte de la puerta que azote, y me iré dando portazos. mis zapatos sobre el puente han dejado los pájaros, me alejo y voy tachando mis escritos pasados porque este metal naranja no merece un carajo y me iré, me iré lejos dando portazos. escupo hacia el vacio y el puente se mece. los trenes son cíclopes de acero torcido con ojos nacidos para hacerme llorar.

2 comentarios:

santiago dijo...

aprovecho este momento para agradecerle su visita a mi blog tan concurrido, y ademas decirle que sus escritos estan plagados de intrigas y son muy intresantes.
sin mas. lo saluda atentamente

Santiago Doljanin

Anónimo dijo...

I wish my Spanish was better so I could communicate w/ my extended family.Michael Doljanin Sr, Facebook